Un cortejo natural entre plantas y hongos ocultos en el suelo
Antero Ramos, Leticia Montoya, Víctor Bandala
Artículo publicado en la Crónica y el Portal Comunicación Veracruzana el 11 de octubre 2022
Muchas especies de hongos establecen interacciones benéficas con diferentes organismos, entre ellos las plantas, que a nivel de raíz bajo el suelo planta y hongo (o aún varios hongos) se cortejan hasta asociarse en la llamada simbiosis micorrícica y con ello lograr intercambio de nutrientes, protección a la planta contra bacterias, hongos y otros organismos, que pudieran ser causa de enfermedades o incluso la muerte, y también promueven su crecimiento. Con esta función en la naturaleza ese grupo de hongos es fundamental en los bosques para contribuir a mantenerlos en óptimas condiciones.
Palabras clave: Ectomicorrizas, Hongos silvestres, simbiosis, crecimiento vegetal
Muchas especies de hongos en su medio silvestre son organismos que desempeñan un gran número de funciones prácticamente en todos los ecosistemas. En los bosques es común observarlos a “simple vista”, decimos a “simple vista”, refiriéndonos a que en realidad lo que vemos en el bosque son los cuerpos fructíferos de los hongos (sean de aspecto que recuerde, por ejemplo, un paraguas), porque lo que no vemos la mayoría de las veces, es el resto de la estructura del hongo, que es un conjunto de filamentos (hifas) conocido como micelio, el cual se encuentra debajo del suelo, o mezclado en la materia orgánica en el mantillo y la hojarasca. Sabiendo esto, podríamos preguntarnos entonces ¿Cuánto mide un hongo? o ¿Qué extensión ocupa en el suelo? a lo que la ciencia nos ha revelado después del descubrimiento de una especie del género Armillaria que habita en el noroeste de E.U.A., que su red de hifas y micelio ocupaba grandes extensiones de suelo, alcanzando hasta aproximadamente unas 965 ha. A lo largo de su distribución, los hongos forman interacciones con otros organismos del suelo, e inclusive con las raíces de las plantas con las que se encuentran a su paso, en este último caso, formando asociaciones benéficas a través de la estructura modificada de la punta de la raíz con el hongo, denominada micorriza. Entonces una micorriza es la interacción entre células del hongo y las puntas de las raíces de una planta. Entre los tipos de micorrizas existe uno con importancia forestal que se encuentra en las raíces de árboles de diferentes familias de plantas, y es la llamada ectomicorriza.
Se estima que existe un importante número de especies de hongos que forman ectomicorrizas con hasta un 90% de las plantas en bosques de coníferas. Estas asociaciones son importantes por el mencionado intercambio de nutrientes en el cortejo hongos/planta(s). La planta proporciona a los hongos carbohidratos que estos no pueden producir, y los hongos les dan a las plantas los aminoácidos y compuestos químicos derivados de su metabolismo, que les provee defensa contra insectos u otros organismos que les causan enfermedades. En las asociaciones, también pueden encontrarse hongos que promueven su crecimiento entre otros beneficios, y a lo que se le conoce como promoción de crecimiento vegetal. Por ello la presencia de hongos ectomicorrizógenos en los bosques es vital para su sano mantenimiento.
En una reciente investigación efectuada en colaboración con otros investigadores en el Instituto de Ecología A.C. (INECOL), se identificó el mecanismo molecular que sigue Pisolithus tinctorius, una especie de hongo que forma ectomicorrizas, encontrado de manera silvestre en Veracruz. Se trata de una especie ampliamente usada con fines de reforestación y nuestro estudio demostró que este hongo es un promotor de crecimiento vegetal, cuyos compuestos derivados podrían ser utilizados, como un producto natural amigable con el medio ambiente, con fines de crecimiento en plantas que forman ectomicorrizas, pero, además, con aquellas que no forman ectomicorrizas. Todavía existen por descubrir una gran variedad de utilidades que de manera natural tienen las diferentes especies de hongos ectomicorrizógenos, como aquellos a partir de los cuales se pueden obtener compuestos antibacterianos y antifúngicos contra organismos que pueden causar enfermedades a las plantas y en el ser humano, entre otras posibilidades biotecnológicas derivadas de los mismos.
Agradecemos el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT): proyecto Cátedra 352 y Proyecto FORDECYT-PRONACES: 263959.
Slider: Ectomicorriza de la punta de raíz de un encino
Crédito fotos: tomadas por los autores del artículo.