Sonrisa de chagalapoli

Maite Lascurain1, Estefania Avila2, Israel Acosta3 y Helio M. García4

El chagalapoli o capulín de mayo (Ardisia compressa) es un arbolito silvestre con frutos comestibles de color morado oscuro de sabor agridulce. 

Emprender viajes en busca del sabor de un fruto puede parecer una extravagancia sin propósito aparente. Sin embargo, esta particularidad es parte del trabajo que se tiene que hacer para estudiar las plantas comestibles. 

Es conocido el hecho que muchos mexicanos conocemos como capulines a una amplia diversidad de especies vegetales comestibles que producen pequeños frutos menores de 2 cm de diámetro, con tonalidades de rojo a morado oscuro. El árbol de capulín (Prunus serotina) es un ejemplo comúnmente encontrado en tierras templadas a muy frías, tal vez sea uno de los más consumidos y comercializados en gran parte del país, al que dedicaremos algunas reflexiones en una próxima contribución de este espacio. 

Recolección de capulín de mayo Misantla. Foto: Helio M. García

Es así como, un grupo de varios colegas y amigos nos aventuramos en la primavera reciente al encuentro del emblemático chagalapoli (tipo de capulín) de Los Tuxtlas, que representa un símbolo arraigado de identidad y orgullo de los habitantes de esa región. Días después fuimos a la parte cálida y baja de la Sierra de Chiconquiaco, hacia Misantla para conocer el capulín de mayo, también muy apreciado, y que probablemente se trate del mismo chagalapoli. Es curioso que dos personas del equipo comentaron que el sabor era distinto entre las dos localidades, uno dijo que el chagalapoli no le gustaba, en cambio sí el capulín de mayo de la Sierra de Chiconquiaco. En el norte del estado de Puebla, nuestro próximo destino, este tipo de capulín es conocido como acachul.

Ante la evidencia recabada hasta ahora, se trata de Ardisia compressa, un arbolito o arbusto silvestre de amplia distribución en América y el Caribe que crece en climas templados, cálidos y semicálidos, en altitudes que van desde 120 a 1, 600 m en áreas de bosques tropicales y de coníferas (Maldonado et al., 2023). Ibarra-Manríquez y sus colegas en 1997 reconocieron a Parathesis psycotrioides también con el nombre común de chagalapoli, en nuestro recorrido por la región de Catemaco en este 2024, varias personas nos dijeron que esta especie es comestible a nivel familiar y crece en los relictos de la vegetación nativa, pero cuya producción de frutos no es tan abundante, su sabor dulce es agradable.

Cultivo de chagalapoli en catemaco. Foto: Maite Lascurain 

Sea chagalapoli, capulín de mayo o acachul (seguro descubriremos más nombres), tiene un fruto de color morado oscuro a muy oscuro, con poca pulpa y semilla grande. El sabor es agridulce, con toques muy sutiles de pimienta negra. Estos capulines, de manera similar a lo que quizá sucede en otras partes del país, provienen de los huertos domésticos o solares, de los sistemas agroforestales y de la recolección en los parches de vegetación para consumo familiar. La venta la realizan principalmente las mujeres de casa en casa y se oferta en los mercados locales o regionales. Se preparan deliciosos licores, atoles, paletas y en agua fresca.

Ardisia compressa goza de numerosos estudios acerca de su actividad antioxidante, antimicrobiana, anticancerígena, insecticida y riqueza de pigmentos, entre otras propiedades, como ejemplo se puede consultar: Joaquín-Cruz et al., (2015) y Chandra y González de Mejía (2004). Maldonado y colaboradores en 2023 estudiaron en distintos lugares de Chiapas la variabilidad de sus poblaciones como la altura de la planta, número de frutos y flores y grosor de la hoja. La comprensión de estos antecedentes es crucial para analizar el crecimiento de la planta, evaluar los niveles de producción de frutos, explorar su vasto potencial como fuente de alimento y generación de ingresos para los productores, además de conocer los probables procesos incipientes de su domesticación.

Al escribir estas líneas, recordamos el deleite de degustar el capulín de mayo o chagalapoli cuya pigmentación tiñó nuestras sonrisas de un resplandeciente color púrpura.

Referencias

  • Chandra, S., & González de Mejía, E. (2004). Polyphenolic compounds, antioxidant capacity, and quinone reductase activity of an aqueous extract of Ardisia compressa in comparison to mate (Ilex paraguariensis) and green (Camellia sinensis) teas. Journal of Agricultural and Food Chemistry, 52(11), 3583-3589.
  • Ibarra-Manríquez, G., Ricker, M., Angeles, G., Colín, S. S., & Colín, M. A. S. (1997). Useful plants of the Los Tuxtlas rain forest (Veracruz, Mexico): considerations of their market potential. Economic Botany, 362-376.
  • Joaquín-Cruz, E., Dueñas, M., García-Cruz, L., Salinas-Moreno, Y., Santos-Buelga, C., & García-Salinas, C. (2015). Anthocyanin and phenolic characterization, chemical composition, and antioxidant activity of chagalapoli (Ardisia compressa K.) fruit: A tropical source of natural pigmentsFood Research International, 70, 151-157. 
  • Maldonado, J. R. M., Noh, R. H. A., Sánchez, E. R., Garruña, R., Miceli, F. A. G., & da Conceiςão-Dos Santos, L. F. (2023). Morphological diversity of Ardisia compressa Kunth From northeast of Chiapas, México. Tropical and Subtropical Agroecosystems, 27(1).

La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional

 
1 Red de Ambiente y Sustentabilidad, Instituto de Ecología, A. C. 
2 Servicio Social en la Red de Ambiente y Sustentabilidad, estudiante de la Facultad de Biología, Universidad Veracruzana.
3 Herbario XAL, Instituto de Ecología, A. C. 
4 Sendas, A.

 

Slider: Chagalapoli de Catemaco. Foto Maite Lascurain