¿Protagonista o actor de reparto? ¿A cuál debemos conservar?

Carolina Álvarez Peredo y Armando Contreras Hernández 

Red de Ambiente y Sustentabilidad

Un ejemplo de estrategia de conservación consiste en conservar y manejar especies protagónicas (sombrilla o bandera) como el venado cola blanca, conservando así el hábitat y múltiples especies que coexisten con el venado e intervienen en la dinámica ecosistémica.  

Tradicionalmente hemos escuchado hablar siempre del rol principal en una película y de cómo la o el protagonista suele llevar sobre sus hombros la carga del éxito o fracaso del filme. Sin embargo, en muchas ocasiones poco se habla de las actrices o actores de reparto, y de los cuales depende el montaje de contextos y escenarios que permitan el desenvolvimiento exitoso de la trama y propicien que las acciones del rol protagónico cobren la relevancia y tengan el impacto esperado. 

Es decir, un protagonista -aun siendo brillante-, sin el acompañamiento de los actores de reparto no cuenta con los elementos necesarios para desarrollar una buena historia, o al menos una historia lo suficientemente compleja e interesante para mantener nuestra atención. Y viceversa, un buen actor de reparto –o un grupo de buenos actores de reparto-, no lograrían por si mismos catapultar una película al tope de las taquillas si no fuera por el carisma, la popularidad –y algunos otros dotes- del o la actriz protagónica a quienes admira y con quienes se identifica la mayor proporción del auditorio. 

Pues bien… ¡lo mismo ocurre en la naturaleza! Si bien todos los organismos que integran los ecosistemas naturales tienen el mismo valor intrínseco –por el simple hecho de existir-, todos ellos desempeñan diferentes roles en el desarrollo y mantenimiento de los procesos biológicos que sostienen no sólo a los sistemas naturales y sus poblaciones silvestres, sino que brindan también un sinfín de servicios ambientales de los cuales depende la supervivencia humana. 

Pero, ¿cómo poder determinar qué especie es más importante que otra? ¡No es tarea fácil! Y depende del cristal con que se mire… es decir, dependiendo la pregunta del investigador. Así, por ejemplo, mediante análisis de redes de interacción, es posible identificar las especies más importantes en una comunidad biológica, dependiendo no sólo la función ecológica que desempeñan, sino con cuántas especies más interactúa directa o indirectamente. Sin embargo, para quienes nos dedicamos a la ardua labor de la conservación de la vida silvestre, las preguntas base ¿qué especie es más importante para conservar? y ¿qué especie es menos importante para conservar? nos coloca en un verdadero conflicto ético que ha encontrado una solución viable en la selección de nuestros propios personajes protagónicos y a sus correspondientes personajes de reparto.

De esta forma, algunos esquemas de conservación en México, como son las Unidades de Manejo, Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre o UMA, han encontrado una estrategia exitosa de manejo y conservación de la vida silvestre mediante el establecimiento de unidades dedicadas al aprovechamiento y conservación de especies muy carismáticas, estéticamente muy valoradas y/o con una alta demanda comercial. A estas especies se les llama comúnmente “especies sombrilla” o “especies bandera”, siendo el caso del venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el más emblemático en nuestro país, ya que es el mamífero silvestre comercialmente más importante en México, y su belleza y carisma han sido atrayentes de numerosos esfuerzos de conservación. 

El éxito de esta estrategia de conservación a través de UMA, radica en el hecho de que, para el manejo y aprovechamiento del venado, es necesario conservar el hábitat natural de donde obtiene su alimento, refugio y donde se reproduce, es decir, el hábitat que ocupa. De esta forma, no sólo se conserva el hábitat en sí, sino también a todas las demás especies que en él habitan y que coexisten con el venado, y que como hemos mencionado, cumplen a su vez roles específicos y determinantes en el funcionamiento de todo el ecosistema, y de los cuales depende incluso, la existencia de los propios venados. Por ejemplo, especies como la ardilla (Sciurus aureogaster), el tepezcuintle (Cuniculus paca), el serete (Dasyprocta mexicana), el tlacuache (Didelphus marsupialis), el mapache (Procyon lotor), el pecarí de collar (Dycotiles crassus), entre otros, contribuyen a dispersar las semillas de muchas especies vegetales de las cuales se alimentan los venados y ellos mismos. Estas especies, en conjunto con muchas otras más, como algunos felinos medianos como el tigrillo (Leopardus wiedii), el ocelote (Leopardus pardalis) y la onza o yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi), y otros carnívoros como el coatí (Nasua narica), el zorrillo (Mephitus macroura), el viejo de monte o cabeza de viejo (Eira barbara), zorra gris (Urocyon cinereoargenteus) y el coyote (Canis latrans), conforman, junto con el venado cola blanca, la comunidad de mamíferos pequeños y medianos de muchas UMA de vida libre del Estado de Veracruz. 

Pues bien, el casting ha terminado… y con nuestro actor protagonista –el venado cola blanca- y sus inseparables compañeros de reparto, arrancamos la gran “Función de la Conservación” en 3,2,1… ¡acción! 

Mamíferos silvestres en UMA de vida libre del centro de Veracruz: a) zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), b) coyote (Canis latrans), c) yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi), d) zorrillo (Mephitis macroura), e) tigrillo (Leopardus wiedii), f) cabeza de viejo (Eira barbara), g) coatí (Nasua narica), h) mapache (Procyon lotor), i) ocelote (Leopardus pardalis). 

 

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