Oportunidades y desafíos de las UMAs como estrategia de conservación comunitaria en la Mixteca Poblana
Ma. Concepción López-Téllez1 y Salvador Mandujano2
En 1997 se implementa por el gobierno federal el Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (SUMA), con el fin de conciliar y reforzar las necesidades de producción y el desarrollo socioeconómico en el sector rural que permitieran la conservación y manejo de los recursos naturales.
Dando como resultado la incorporación de numerosos predios al esquema de Unidades de Manejo y Aprovechamiento de la Vida Silvestre (UMA) bajo dos modalidades: intensivas (manejo bajo condiciones de confinamiento) y extensivas (manejo bajo condiciones naturales en vida libre).
En la región conocida como Mixteca en el estado de Puebla, las UMAs que se han implementado son principalmente en vida libre e incluyen predios tanto de áreas de uso común como pequeñas propiedades. Dicha incorporación ha sido de manera voluntaria como respuesta a mejorar su calidad de vida lo cual incluye la conservación y el manejo de sus recursos naturales concebidos por los actores locales como de uso común. Estos recursos representan diversos valores de uso como son para la subsistencia y legado de su herencia, reflejando la relación que aún mantienen con la naturaleza.
Las actividades que se realizan en estas unidades de manejo, donde participan pobladores locales junto con estudiantes y profesionales en ciencias biológicas, reflejan las formas de aprovechamiento de los recursos naturales que los actores locales han realizado desde antes de su registro como UMA. Además, reflejan procesos de gobernanza socioambiental al organizarse para el establecimiento de acuerdos y reglas locales, permitiendo la conformación de grupos constituidos como los comités de monitoreo, de vigilancia y de cacería de la UMA.
Dando seguimiento a los objetivos del plan de manejo al generar información para el aprovechamiento legal de especies cinegéticas como el venado cola blanca, tejón, paloma de alas blancas, codornices, entre otras, y además como los acuerdos que permiten la toma de decisiones para el uso del territorio y sus recursos de uso común, el modelo de UMAs ha permitido mantener y realizar sus prácticas culturales y productivas. Esto permite el disfrute de actividades como la caza controlada y autorizada mediante cintillos de aprovechamiento por SEMARNAT, la recolección de numerosos productos de flora como semillas, frutos, quelites y fauna como chicatanas, cuetlas, por mencionar algunas, para el autoconsumo. Esto refleja la historia cultural y de apropiación de la naturaleza que se regula con el esquema de UMA permitiendo de esta manera la conservación del patrimonio biológico y cultural tendiente a la sustentabilidad.
Es evidente que factores intrínsecos y extrínsecos de la modernidad generan fracturas para lograr cumplir el paradigma de un desarrollo sustentable. Se observan logros y retrocesos en el proceso de autocontrol de sus recursos naturales y en el reflejo de la gobernanza local. Es evidente que el proceso de autocontrol que se manifiesta en las comunidades que se han incorporado al esquema de conservación de UMA han ido mejorando en algunas comunidades, en otras se ha estancado o han fracasado. Algunos de los problemas en las comunidades están asociados a problemas agrarios como son la invasión de los linderos, tala y caza clandestina, generación de contaminación de agua y suelo, rivalidades entre pueblos por conflictos históricos.
Por lo tanto, el manejo de los recursos naturales se desarrolla en un marco social y ambiental extremadamente complejo, caracterizándose por una heterogeneidad y dinamismo constante, con múltiples factores que pueden favorecer o perjudicar el desempeño de iniciativas de manejo desde lo local. En este contexto, el esquema de UMA en la Mixteca Poblana, no obstante de regirse mediante políticas públicas desde un modelo gubernamental, son una estrategia que ha sido apropiada y adaptada por actores sociales de las comunidades campesinas, lo que ha generado una organización social institucional (normas y reglas) que les han permitido utilizar sus recursos de manera racional y conservar sus recursos naturales.
“La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional"
1 Facultad de Biología, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
2 Red de Biología y Conservación de Vertebrados, INECOL