Los vertebrados terrestres y su rol en la salud ecosistémica
Karen Lorena Velásquez C y Octavio Pérez Maqueo
Red de Ambiente y sustentabilidad
Día a día hacemos uso de diferentes servicios que nos brindan los ecosistemas. De ellos no solo obtenemos, agua, alimentos o materias primas sino además son sitios donde podemos realizar actividades de recreación, entre otros beneficios.
Estos servicios se mantienen gracias a un gran número de interacciones entre los elementos que constituyen los ecosistemas, como lo son la vegetación, la fauna, los microorganismos, y su interacción con factores físicos y químicos. No obstante, debido a diversos factores antrópicos, los procesos que ocurren en los ecosistemas, al igual que los elementos físicos que los constituyen, se pueden ver alterados. Dichas afectaciones pueden llegar a dañar su funcionamiento o salud. ¿Cómo sabemos que tan saludable puede estar un ecosistema? Una de las herramientas que se pueden emplear para identificar el estado de un ecosistema son las evaluaciones de integridad ecológica o integridad ecosistémica. La integridad ecológica es un concepto el cual agrupa las características de los sistemas naturales en tres grandes componentes, la estructura física, la composición y la función (Fig. 1). La estructura hace referencia a las características físicas del sistema, como la altura de un bosque, la composición a las entidades que habitan los ecosistemas, como las especies y la función son todas las relaciones entre las especies del ecosistema y también la estructura física, por ejemplo, la dispersión de semillas o la polinización. Cuando se afecta un componente se puede desestabilizar el equilibrio de un ecosistema, haciéndolo vulnerable a perder su integridad.
Representación gráfica de la interacción de los tres elementos de la integridad ecológica
En las evaluaciones de integridad ecológica, el componente con más facilidades logísticas de evaluar es la vegetación. Lo anterior, dado que la estructura vegetal de los ecosistemas la podemos ver a simple vista, pueden realizarse mediciones sencillas en campo y también se puede obtener información por medio de imágenes satelitales. Así pues, el componente vegetal ha sido empleado en muchas ocasiones para medir la integridad ecosistémica en diferentes áreas geográficas. Sin embargo, solo tenemos una parte de la historia si únicamente observamos la estructura vegetal. Si tenemos en cuenta, que los ecosistemas son entidades dinámicas y que se sustentan en un gran número de interacciones, hay actores que no estamos teniendo en cuenta si solo medimos la vegetación. Cada vez es más frecuente desarrollar evaluaciones de integridad ecológica que incluyan diversos protagonistas, y un ejemplo de esto es la inclusión de la fauna como elemento clave para conocer el estado de integridad de un sistema natural. La fauna participa en diversos procesos e interactúa con diversos elementos de los ecosistemas, por lo tanto, son un indicador clave que complementa la información que se obtiene a partir de la vegetación. En nuestro caso, nos interesamos por un grupo de fauna en específico, dado su importante papel en funciones claves de los ecosistemas como la dispersión de semillas, la polinización, la aireación del suelo y el control poblacional de posibles plagas, entre otras (Fig. 2). Así que nos preguntamos ¿qué tanto se incluyen a los vertebrados terrestres en las evaluaciones de integridad ecológica?
Vertebrados terrestres que cumplen roles de importancia en los ecosistemas como polinizadores (Colibrí), controladores de insectos (Lagarto cornudo) y aireadores del suelo (Coatí).
Para resolver esta incógnita, realizamos la búsqueda de publicaciones científicas a nivel mundial en las que estudiarán algún grupo de vertebrado terrestre (aves, mamíferos, reptiles, o anfibios) como el actor principal dentro de evaluaciones de integridad ecológica. Tras la lectura de las publicaciones y el análisis de la información recopilada, encontramos que las aves son el grupo de vertebrado que se estudia con mayor frecuencia como indicador de integridad ecosistémica. Así mismo, identificamos que la mayor parte de los trabajos que tienen en cuenta a los vertebrados terrestres como indicadores se realizan en ecosistemas de bosques templados. Estos resultados nos hablan de un desbalance tanto en los grupos que se tienen en cuenta como indicador, como en los ecosistemas que están siento evaluados. Es necesario ampliar la ventana de trabajo a otros grupos de vertebrados, buscando siempre que la información que se usa para definir el estado de integridad de un sistema sea lo más completa posible. De igual forma, desarrollar estudios en diversos ecosistemas es vital si queremos saber como responden ante cambios o modificaciones y como se puede ver afectada su integridad ecológica. Finalmente, es importante seguir investigando sobre los distintos roles que juega la fauna en mantener ecosistemas íntegros (Fig. 1).
“La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional”