La heterogeneidad estructural del cambio climático global
Wesley Dáttilo1 y Daniel González-Tokman1
"No todas las regiones del planeta y personas se verán afectadas de la misma manera por el cambio climático ya que algunas regiones y grupos son más vulnerables que otros”
Palabras clave: calentamiento global, impacto social, vulnerabilidad.
Uno de los grandes intereses actuales es comprender cómo y por qué el clima del planeta en el que vivimos ha cambiado a lo largo del tiempo. Durante los 4.500 millones de años de historia de la Tierra, se han producido varios cambios climáticos radicales en los que largos periodos de clima estable fueron seguidos por glaciaciones y periodos cálidos que provocaron, por ejemplo, la desertificación de grandes áreas continentales. En general, estos cambios se han relacionado con causas naturales, como cambios en la rotación de la Tierra, largos períodos de actividad volcánica y variaciones en la incidencia de la radiación solar. Sin embargo, diferentes organizaciones internacionales han llamado la atención sobre el cambio drástico de las condiciones climáticas en la atmósfera debido a las emisiones de gases de efecto invernadero.
El efecto invernadero es un fenómeno natural que mantiene la vida en la Tierra donde algunos gases presentes en la atmósfera absorben parte de la radiación infrarroja emitida principalmente por la superficie terrestre, evitando así la pérdida excesiva de calor hacia el espacio y manteniendo nuestro planeta caliente. Sin embargo, en el último siglo ha habido un aumento progresivo en la concentración de gases de efecto invernadero que están directamente relacionados con actividades humanas como la agricultura, la quema de combustibles fósiles, la eliminación de desechos sólidos y la deforestación, que en conjunto son responsables de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero. Este aumento de la presencia de los gases viene aumentando la temperatura del planeta y afectando la dinámica natural del planeta de diferentes maneras, como la frecuencia y actividad de los ciclones, la severidad y duración de las olas de calor, los períodos secos o sequías extremas, las tormentas severas, el aumento de temperaturas del agua del océano, el derretimiento de los glaciares y una mayor probabilidad de inundaciones costeras, todo lo cual tiene una influencia directa en los ecosistemas y la vida humana. Por lo tanto, no hay duda de que estamos viviendo un período de cambio climático sin precedentes que nos afecta a todas las personas. Por ejemplo, mientras la temperatura global promedio ha aumentado aproximadamente 5 °C en los últimos 10,000 años, esta tasa solo ha sido de 1,1 grados desde la segunda mitad del siglo XIX. El cambio que provocamos en nuestro planeta es el único que ha dejado una huella global, además del gran impacto del meteorito que extinguió a los dinosaurios y el 75% de la vida en la tierra hace 66 millones de años. Además, la velocidad del calentamiento ha sido diez veces mayor en los últimos años de lo que jamás se ha registrado en 56 millones de años.
A pesar de este aumento alarmante, existe una considerable heterogeneidad espacial y social de los impactos del cambio climático. En otras palabras, no todas las regiones del planeta y personas se verán afectadas de la misma manera por el cambio climático y algunas regiones y grupos son más vulnerables que otros. En este sentido, regiones como el Ártico, África, los megadeltas asiáticos, las islas pequeñas, las montañas y las ciudades costeras son regiones que probablemente se verán especialmente afectadas por el cambio climático futuro. Además, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un 40% de la población de la tierra es “altamente vulnerable” al cambio climático. En general, las personas con menos ingresos serán las que van más sufrir las consecuencias del cambio climático, ya que viven en regiones y áreas más vulnerables y que tienen menos recursos para adaptarse a esta situación. Un punto a destacar es que los países económicamente importantes (por ejemplo, Estados Unidos de América y China) son responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (alrededor del 40 % en conjunto), principalmente debido a su modelo de desarrollo. Aunque exista esta heterogeneidad estructural, necesitamos pensar y actuar de forma más integradora y ser conscientes de las causas y consecuencias del cambio climático en el planeta para intentar reducir el impacto en todas las formas de vida en la Tierra.
Recientemente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) ha diversificado sus esfuerzos para impulsar políticas para abordar las causas y minimizar los posibles impactos del cambio climático. Por ejemplo, aumentar el uso de energía renovable, disminuir el uso de combustibles fósiles, capturar, almacenar y utilizar el carbono, conservar los humedales costeros, lograr la justicia ambiental para los pueblos indígenas ya que manejan casi un 50% de todo el planeta, y promover la sustentabilidad y mejorar los medios de producción en la movilidad, la industria, la agricultura, la pesca, la ganadería y el consumo más responsable de productos. Por lo tanto, la mitigación efectiva del cambio climático no se logrará si cada persona, institución o país actúa de manera independiente. Necesitamos una acción colectiva que abarque diferentes actores en diferentes sectores de la sociedad para proponer soluciones a corto, mediano y largo plazo.
Slider: El aumento de la temperatura promedia global y la severidad de las sequias son unos de los principales efectos del cambio climático global.
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1 Red de Ecoetología, Instituto de Ecología AC