Insectos en mar abierto

Daniel Reynoso-Velasco y Rodolfo Novelo-Gutiérrez

Red de Biodiversidad y Sistemática

A pesar de que los insectos son el grupo más exitoso del planeta y están presentes en prácticamente todos los ecosistemas, terrestres y acuáticos, solo cinco especies de hemípteros del género Halobates Eschscholtz (Heteroptera: Gerridae) han sido capaces de colonizar y habitar la superficie del mar abierto, un sitio hostil con olas, tormentas, 

La palabra "piélago" proviene del latín Pelagus y significa: parte del mar que dista mucho de la tierra.  Así, los organismos pelágicos son aquellos que habitan zonas alejadas de la costa, como tiburones, peces, delfines, tortugas, calamares, entre muchos otros.  Los insectos son los seres vivos más diversos y exitosos del planeta, el grupo cuenta con un poco más de un millón de especies descritas y se calcula que esto solo representa una fracción del total de especies existentes.  Parte del éxito de los insectos es que han sido capaces de habitar prácticamente todos los lugares del planeta, tanto en ecosistemas terrestres como acuáticos.  

Ilustraciones de dos especies de chinches patinadoras del mar

El mayor número de especies son terrestres, solo cerca del 8%, unas 76,000 especies, son acuáticas, y habitan lagos, lagunas, estanques, ríos, arroyos, charcas temporales, playas, estuarios, entre muchos otros cuerpos de agua.  De las cerca de 80,000 especies acuáticas que existen, solo unos cuantos miles son especies que se encuentran en ambientes marinos, la mayoría de las cuales son escarabajos (Coleoptera), chinches (Hemiptera) y moscas y mosquitos (Diptera).  Estas especies marinas son neríticas, que, al contrario de las pelágicas, viven en zonas próximas a la costa.  Considerando lo exitosos que son los insectos, parece increíble que tan solo cinco especies hayan sido capaces de colonizar y habitar la superficie del mar abierto, el bioma más extenso del planeta.  Estas cinco especies de "insectos pelágicos," únicas en su tipo, pertenecen al género Halobates Eschscholtz.

Ilustraciones de especies de chinches patinadoras del mar pertenecientes al género Halobates Eschscholtz.  La especie en la Figura 2 es Halobates micans Eschscholtz, la primera que se describió en el género en el año de 1822. 

El género Halobates es uno de los 71 géneros en la familia Gerridae, los comúnmente llamados patinadores del agua.  Estos insectos habitan la superficie de los cuerpos de agua, en la interfase agua-aire.  Halobates es un género prácticamente marino, de ahí el nombre común de patinadores del mar.  Está integrado por cerca de 50 especies distribuidas en las aguas de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico.  Son insectos pequeños, tan solo el cuerpo de los adultos tiene una longitud de 5 milímetros, pero si se considera la longitud de las largas patas, el insecto puede alcanzar los 20 milímetros.  Estos patinadores del mar no tienen alas, así que su desplazamiento siempre es en la superficie del mar, lugar donde desarrollan todo su ciclo de vida, incluyendo su alimentación (son depredadores de pequeños organismos marinos que integran el zooplancton), búsqueda de pareja y puesta de huevecillos (en objetos flotantes como madera, plumas, e incluso restos plásticos).  Las cinco especies que habitan el mar abierto son: Halobates germanus White, H. micans Eschscholtz, H. sericeus Eschscholtz, H. sobrinus White y H. splendens Witlaczil, todas ellas habitan el océano Pacífico.  Además, H. germanus y H. micans están presentes en el océano Índico y H. micans es la única especie en el océano Atlántico.

El humano conoce a los insectos desde hace miles de años; por ejemplo, los egipcios ya representaban a los escarabajos en sus jeroglíficos hace más de 5,000 años, de ahí que nos preguntemos ¿qué hay de los insectos pelágicos?, ¿hace cuánto los conocemos?  Los primeros ejemplares de patinadores del mar fueron recolectados hace apenas unos 200 años por Johann Friedrich Eschcholtz, un médico, naturalista y pionero de la exploración del océano Pacífico nacido en la actual Estonia.  Estos ejemplares los recolectó mientras se encontraba abordo del barco ruso Rurik, en una expedición alrededor del mundo entre los años 1815 y 1818.  Aunque es posible que los marineros antiguos hayan visto a estos pequeños insectos en los días en los que el mar estaba en calma, no existen registros de estos posibles avistamientos.  Hay que considerar que son insectos muy pequeños, de apenas 5 mm de largo, y que el agua en la superficie del mar generalmente está en movimiento, en ocasiones de manera violenta, por lo que el distinguir a estos insectos en dichas condiciones debe ser como buscar una aguja en un pajar.

En este punto, otra pregunta que seguramente viene a la cabeza es ¿cómo es que los patinadores del mar han sido capaces de colonizar y habitar un medio tan hostil como lo es el mar abierto?  Este es un sitio donde el agua está en constante movimiento, donde hay tormentas y la radiación solar es directa pues no hay sitios sombreados.  Estudios recientes señalan que su pequeño tamaño y la supercapacidad de su cuerpo para repeler el agua (hidrofobicidad) son factores claves que les han permitido vivir en este medio.  Algunas de las implicaciones que tiene la reducción de tamaño tiene que ver con su velocidad de reacción, la cual es más rápida que la de sus parientes que habitan cuerpos de agua dulce continentales.  Esto les permite reaccionar muy rápido ante la presencia de potenciales depredadores como aves y peces.  Esto también influye en su capacidad para permanecer sobre la superficie del agua y no hundirse.  El cuerpo de estos insectos está cubierto por miles de pelitos (sedas) microscópicos, que, junto con algunos compuestos aceitosos que produce el insecto, le ayudan a mantener una superficie repelente al agua, lo que también le permite permanecer en la superficie.  Cuando el insecto se sumerge accidentalmente, la capa de pelitos atrapa una burbuja de aire atmosférico que le permite al insecto respirar bajo el agua mientras este puede regresar a la superficie.  Hacen falta muchos estudios para conocer y entender más sobre estas especies, una de las desventajas para esto es que es muy difícil recrear las condiciones de su medio (mar abierto) en el laboratorio, por lo que mantenerlos vivos para su estudio es un gran reto.

Referencias

  • Andersen, N.M y Cheng, L. (2004). The marine insect Halobates (Heteroptera: Gerridae): biology, adaptations, distribution, and phylogeny. En: Gibson, R.N., Atkinson, R.J.A. y Gordon, J.D.M. (Eds.). Oceanography and Marine Biology, An Annual Review Vol. 42, CRC Press, Boca Raton, pp. 119–179.
  • Andersen, N.M., Cheng, L., Damgaard, J. y Sperling, F.A.H. (2000). Mitochondrial DNA sequence variation and phylogeny of oceanic insects (Hemiptera: Gerridae: Halobates spp.). Marine Biology 136:421–430.
  • Cheng, L. (2022). Why did only one genus of insects, Halobates, take to the high seas? PLoS Biology (20(4):e3001570.
  • Mahadik, G.A., Fernandez-Sanchez, J.F., Arunachalam, S., Gallo Jr., A., Cheng, L., Farinha, A.S., Thoroddsen, S.T., Mishra, H. y Duarte, C.M. (2020) Superhydrophobicity and size reduction enabled Halobates (Insecta: Heteroptera, Gerridae) to colonize the open ocean. Scientific Reports 10:7785.