Jueves 19 de septiembre 2024 • 12:00 hs. • Auditorio I, Campus III

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Ricardo Dobrovolski

Universidad Federal de Bahía

La felicidad fue incorporada en 2013 por la ONU como un derecho humano que deben alcanzar las sociedades de todo el mundo. Estas sociedades presentan un metabolismo que utiliza materia y energía para mantener a las personas, el ganado, los bienes y los medios de producción. La felicidad es un proxy del bienestar, un objetivo final de estos sistemas socioecológicos. El sociometabolismo dominante actual no ha podido satisfacer las necesidades mínimas de las personas y, en promedio, excede los recursos disponibles en la Tierra y su capacidad para procesar nuestros desechos, lo que manifiesta una brecha metabólica. Aquí, exploramos la relación entre energía, PIB, felicidad y otros indicadores de este sociometabolismo entre países, para evaluar la capacidad de la sociedad global para brindar felicidad a todos. Encontramos una relación positiva entre el PIB, la energía y la felicidad. Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas viven con menos de los recursos mínimos necesarios para ser felices, dar el mínimo a todos aumentará el actual exceso de recursos de la Tierra. Exploramos escenarios que reduzcan el exceso de emisiones de los más ricos y que son necesarios para mantener los niveles actuales y cumplir con los acuerdos globales sobre respuesta al cambio climático. Esta redistribución es parte de un cambio transformador necesario en el sociometabolismo actual para lograr el objetivo de ofrecer un mínimo de felicidad a todos.